Nací en la provincia de Buenos Aires, en el mes de agosto, aunque tendría que haber sido en octubre. Quizá apurada por atrapar el nombre que ya habían elegido mis padres para mí. No fue por perseguir al conejo, aunque me hubiera gustado conocerlo. Acaso por aprender a leer antes, para ir intentando lo que luego escribiría. Aunque primero, en la infancia llegó la construcción de títeres, y con alguna amiga intentamos el teatro titiritero. Luego, en la adolescencia participé en festivales barriales armados en beneficio de la querida escuela pública. Las tablas, siempre las tablas. También la ejecución musical acompañó mi infancia y mi adolescencia: piano, guitarra y bombo.
Mirando mi recorrido, siempre me interesó llevar la palabra a la escena. Esa magia que transforma a quien la expresa, y también a quien la recibe.
Mi carrera docente: muchos años de maestra primaria, mas tarde la especialidad en el área de Matemática, donde transité los primeros años de la escuela secundaria. En los bordes de ambas, me capacité en Supervisión de Servicios Educativos.
Así, buscando el interés como motivación hacia los vínculos y los aprendizajes, surgió entre las letras y los números la expresión plástica, en la geometría plana y en tres dimensiones. Pero principalmente el teatro, que no podía estar ausente, siempre aunando, motivando y jugando a ser libres.
Escribí la obra de teatro “La familia numerales”, con la magia de una familia muy especial, y también por quienes la interpretaron: los alumnos. Aún no está en el querido formato libro, pero se realizó en tres instituciones escolares: una escuela primaria, un colegio secundario y un centro de matemáticas.
Mi recorrido con la palabra es variado; escribí poemas, cuentos, teatro para chicos y para adultos. Algunos viajan en antologías, y también en San Fernando visto por sus escritores, selección realizada por la municipalidad de ese lugar.

Libros en Abran Cancha:
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Alicia Cristófaro