Nací, eso es casi obvio, en Buenos Aires en 1971, en el seno de una familia trashumante. Viví parte de mi infancia en Munich, Alemania, donde odiaba la nieve, y la otra parte en decenas de casas (de a una a la vez, claro) de Buenos Aires, donde extrañaba la nieve. Pero no solo cambiaba de país, de barrio y de casa, también cambiaba de colegio, de zapatos, de camisas y sobre todo de medias; mamá era muy estricta en esos temas. Tanto cambio me aseguró un gran poder de adaptación, pero también de inquietud.
Mientras terminaba la primaria y abandonaba y retomaba mis estudios secundarios, me dediqué a tocar la guitarra en bandas de rock, a escribir cuentos y a dibujar, actividades a las que dedicaba mucho tiempo, demasiado según la nunca consultada conciencia.
Ya con el título secundario y varias mudanzas más, estudié y abandoné varias carreras mientras sobrevivía trabajando de cadete, ferretero, albañil y pintor, ayudante de carpintero, vendedor de medicina prepaga, fletero, ayudante de camionero, serigrafista, encargado en una sala de ensayo y varios etcéteras. En medio de ese caos laboral formé una familia (que me aguanta y no es poco), estudié periodismo y ¡me recibí! Esa es mi profesión desde hace una década y media, en la que trabajé tanto en televisión, como en medios gráficos, radiales y portales de Internet.
Pero el periodismo es cosa seria y abruma. Lo divertido es escribir y dibujar para chicos, por lo que me animé en este rubro que no es chiste. Mi debut fue con
¡Ánimo, animales!, escrito e ilustrado por mí mismo yo solito y sin ayuda y editado por la gente valiente de Abran Cancha, que se animaron a publicarlo. Espero pronto publicar muchos más y espero que en Abran Cancha sigan siendo valientes.
Libros en Abran Cancha:
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¡Ánimo, animales!
Walter P. Poser